TEMA: TEORÍA DE LA CREACIÓN DE LA VIDA
OBJETIVO: Reflexionar sobre las ideas principales de la teoría de la creación .
DESARROLLO DE LA TEMÁTICA
Teoría de la creación
El creacionismo es
la creencia
religiosa que el Universo y
la vida se
originaron "de actos concretos de creación divina". Para los
creacionistas de la Tierra joven, esto incluye una interpretación bíblica literal
de la narrativa de creación del Génesis y
el rechazo de la teoría científica de la evolución. Mientras la historia del pensamiento evolutivo
se desarrollaba a partir del siglo XVIII, varias posturas apuntaron en
reconciliar las religiones abrahámicas y el Génesis
con la biología y otras ciencias desarrolladas
en la cultura Occidental. Aquellos que sostenian que las especies se
habían creado por separado (como Philip Gosse en 1857) eran llamados comúnmente
"partidarios de la creación" pero también "creacionistas",
como se lee en la correspondencia privada entre Charles
Darwin y sus amigos. Mientras la controversia creación-evolución se
desarrollaba, el término "anti-evolucionistas" se hizo común. En 1929
en los Estados Unidos, el término "creacionismo" se asoció
originalmente con el fundamentalismo cristiano, específicamente
con su rechazo de la evolución humana y la creencia en una Tierra joven (con una
edad entre 5700 y 10 000 años). No obstante, este uso estuvo disputado por
otros grupos, como los creacionistas de la Tierra vieja y los creacionistas evolutivos, quienes albergan
conceptos diferentes de creación, como la aceptación de la edad de la
Tierra y la evolución biológica entendida por la comunidad científica.
Hoy, la Afiliación
Científica Estadounidense, una organización religiosa prominente en
los EE.UU., reconoce que existen diferentes opiniones entre los creacionistas
respecto al método de creación, mientras que reconocen la unidad en
la creencia abrahámica de que Dios "creó el universo". Desde los años
1920, el creacionismo literalista en Estados Unidos ha disputado las teorías científicas, como la evolución, la
que proviene de observaciones naturales del Universo
y la vida. Los creacionistas literalistas creen que la evolución no
puede explicar adecuadamente la historia, diversidad y complejidad de
la vida en la Tierra. Los
creacionistas fundamentalistas de la fe cristiana
usualmente basan su creencia en una lectura literal de la narrativa de creación
del Génesis.17 Otras
religiones o comparten el mito de creación del Génesis o tienen diferentes
mitos de creación conducidos por deidades, a
la vez que los miembros de una misma religión varían en su aceptación de los
descubrimientos científicos.
Cuando la
investigación científica produce evidencia empírica y conclusiones
teóricas que contradicen una interpretación creacionista literal de las
escrituras, los creacionistas de la Tierra joven a menudo rechazan las
conclusiones de la investigación, sus teorías científicas subyacentes o su
metodología. Esta tendencia ha llevado a una controversia política y
teológica. Las ramas pseudocientíficas del
creacionismo incluyen la ciencia de la creación, la geología diluviana y
el diseño inteligente, así como subconjuntos
de la pseudoarqueología, la pseudohistoria e
incluso la pseudolinguística. Los
creacionistas generalmente rechazan el consenso científico sobre la evolución y el antepasado común, la historia geológica de la Tierra,
la formación del sistema Solar y
el origen del Universo.
La evolución teísta, también conocida como
creacionismo evolutivo, es un intento de reconciliar la religión con los
hallazgos científicos sobre la edad de la
Tierra y la evolución. El término cubre una gama de posturas,
como la del creacionismo
de la Tierra vieja.
Origen del término
Durante la Edad Media,
y hasta la actualidad, el término «creacionismo» ha servido en Teología para
designar una de dos interpretaciones alternativas para el origen del alma
personal, que cada alma es objeto de un acto especial de creación por Dios (v. creacionismo en teología), siendo su
alternativa el traducianismo. El florecimiento de la
filosofía fuera del amparo de la Iglesia, desde el Renacimiento,
condujo a un uso casual del término como opuesto al monismo panteísta.
El rápido
éxito social de la teoría de Charles
Darwin promovió la reacción no sólo de algunos importantes
teólogos, sino también por parte de científicos, los cuales veían en el
darwinismo un importante fundamento para el materialismo filosófico, así como
una puerta abierta a la refutación del argumento teleológico y cosmológico para la existencia de
Dios. El propio Darwin usó en su correspondencia el término «creacionista» para
referirse a sus opositores. Así aparece en 8 ocasiones en su
correspondencia publicada, en misivas dirigidas a Bates, Huxley, Bentham y Hooker.
Durante
mucho tiempo, época conocida como creacionismo clásico, el término no fue usado
de manera general para designar la oposición al evolucionismo darwinista, que
se designaba en otras formas. En 1929 el biólogo Harold W. Clark, un adventista del Séptimo Día,
describió como creacionista la obra de su maestro George McCready Price en el
título de un libro autopublicado.42 Durante
algún tiempo el término sirvió para describir tanto a los teístas evolucionistas
(creyentes a la vez en el Dios creador y en la verdad del darwinismo) y a los
fundamentalistas bíblicos que, como los dos autores citados, defendían la
literalidad bíblica desde sus títulos universitarios en ciencias.
Relación con el evolucionismo
Creacionismo
clásico
Los
creacionistas clásicos niegan la teoría de la evolución biológica y, especialmente, lo
que se refiere a la evolución humana, además de las explicaciones
científicas sobre el origen de la vida. Por esto rechazan todas las
pruebas científicas (fósiles, geológicas, genéticas, etc.). En el creacionismo
clásico de origen cristiano se hace una interpretación literal de la Biblia y
se sostiene la creación del mundo, los seres vivos y el cataclismo del Diluvio Universal tal
como está descrito en el Génesis,
sin pretender concretar de manera científica el origen de las especies.
Creacionismo
contemporáneo
Creacionismo
antievolución actual
A diferencia
del creacionismo clásico, en el creacionismo más reciente se trata de utilizar
igualmente fundamentos de carácter no religioso a partir de descubrimientos o
conocimientos de disciplinas pertenecientes a las ciencias naturales, que se tratan de presentar
como si fueran pruebas científicas contra la teoría de la evolución. Se habla
así de creacionismo «científico», nombre que le dan sus partidarios. Sin embargo,
a diferencia de las ciencias naturales, en este tipo de creacionismo no se
sigue el método científico y no se producen
hipótesis falsables. Debido a estos hechos, el
creacionismo científico no logra reunir totalmente en ninguna de sus formas las características de una teoría científica, y por ello la comunidad científica relacionada con
el tema lo describe sólo como una proposición
pseudocientífica.
Por otra
parte, este tipo de creacionismo contemporáneo trata de desdibujar la distinción
entre hecho evolutivo (parentesco y transformación de las especies a lo largo
del tiempo) y teoría de la evolución (síntesis evolutiva moderna o
«neodarwinismo»), englobándolo todo con el término «evolución», «evolucionismo»
o «darwinismo», y descalificándolo como «una simple teoría» (jugando con el
doble significado de la palabra teoría en
el habla común y en las ciencias naturales).
Así intenta
negar el hecho de que la teoría de la evolución es considerada una de las más
grandes y sólidas teorías científicas actuales, que describe un hecho sobre el
que no existen pruebas o evidencias científicas que lo refuten.
Diseño
inteligente
Otra forma
más sutil de este tipo de creacionismo es el diseño inteligente, movimiento que
no suele hacer explícita su motivación religiosa. Su principal actividad
consiste en negar en mayor o menor medida la validez e importancia de las
explicaciones evolutivas sobre el origen de las estructuras biológicas, para
concluir que es necesaria su creación por intervención directa de un ser
inteligente. El diseño inteligente es presentado por sus seguidores como una
alternativa al neodarwinismo pero, al no formular hipótesis contrastables, no cumple los
requisitos del método científico y es considerado una
forma de pseudociencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario